No todas las obras están hechas para colgarse en la pared.
Estas corbatas —cosidas a mano, con alma de lana o seda— recogen el gesto del artista y lo anudan al cuello.
Cada una lleva una escena pensada para que el dibujo se revele, bajo el nudo, en su punto justo.
“Una corbata bien anudada es el primer paso serio de la vida” Oscar Wilde: